Norma Romero Vázquez ha dedicado su vida a servir a los migrantes que cruzan por La Patrona, un pequeño municipio en Veracruz, donde el tren conocido como La Bestia se convierte en un símbolo de esperanza y peligro para quienes buscan un futuro mejor en Estados Unidos. Junto a muchas mujeres de su comunidad, Romero Vázquez ha establecido una red de apoyo crucial para estos viajeros en tránsito, brindándoles alimento, asistencia médica y acompañamiento en denuncias por violaciones a sus derechos.

A lo largo de los años, el grupo de mujeres conocido internacionalmente como Las Patronas ha ganado notoriedad por su compromiso inquebrantable. Doce de ellas han cocinado y servido alimentos diariamente durante más de doce años, sin descanso, 365 días al año. En 2013, su labor fue reconocida con el Premio Nacional de Derechos Humanos otorgado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), un testimonio de su impacto en la protección de los derechos humanos.

En 2010, Las Patronas atendían un promedio de 800 migrantes al día. Sin embargo, la implementación del Plan Frontera Sur en 2014, diseñado para intensificar la interdicción y los operativos contra migrantes en los trenes de carga, redujo significativamente ese número. Para Romero Vázquez, estas medidas no abordan las causas profundas de la migración: las difíciles condiciones de vida en los países de origen. Según ella, la migración es una respuesta a la necesidad de sobrevivir y no puede ser frenada con estrategias de represión.

Romero Vázquez, que se define como una mujer católica, sostiene que su fe se manifiesta a través de la acción concreta y el acompañamiento directo a los migrantes. Para ella, ayudar a los migrantes no es sólo una cuestión de fe, sino una forma de vivirla. Llama a la sociedad a apoyar a los migrantes y a no criminalizar la ayuda que se les presta, abogando por una mayor empatía y comprensión hacia estos viajeros.

El esfuerzo diario de Norma y las otras diez mujeres que forman parte de Las Patronas es inspirador. Cocinan, empaquetan alimentos y los colocan en bolsas que luego arrojan a los migrantes desde las vías del tren. Este gesto, a menudo realizado bajo condiciones adversas, se convierte en un rayo de esperanza para quienes enfrentan un arduo viaje en busca de una vida mejor.

La labor de Las Patronas ha sido objeto de atención internacional, con varios documentales que destacan su valiosa contribución. Uno de ellos, “La cocina de Las Patronas” (Javier García, 2016), muestra la dedicación y el impacto de este grupo en la vida de los migrantes que atraviesan México.

Norma Romero Vázquez y Las Patronas continúan su misión con determinación y valentía, demostrando que la solidaridad y la acción pueden hacer una diferencia significativa en la vida de quienes más lo necesitan. Su ejemplo es un llamado a la acción y a la humanidad en un contexto global cada vez más complejo y desafiante.