Lucía de los Ángeles Díaz Genao, fundadora e integrante del Colectivo Solecito de Veracruz, se ha convertido en un emblema de la lucha de las madres por encontrar a sus hijos desaparecidos en el estado de Veracruz. Su nombre es ahora sinónimo de resistencia y esperanza en una batalla que ha marcado profundamente su vida y la de muchas otras mujeres que comparten su dolor.

El punto de partida de esta lucha personal y colectiva se remonta a la noche en que su hijo, Luis Guillermo Lagunes Díaz, fue secuestrado en su hogar ubicado en el puerto de Veracruz. El hecho no solo dejó una herida profunda en la familia Díaz Genao, sino que también encendió en Lucía una determinación feroz por encontrar a su hijo y a todos aquellos que, como él, han sido víctimas de la violencia y la desaparición forzada.

Con el tiempo, Lucía Díaz Genao no se limitó a buscar a su propio hijo; su dolor se transformó en una causa más amplia que abarca a cientos de familias afectadas por la desaparición de sus seres queridos. Junto a otras mujeres que enfrentan la misma tragedia, Díaz Genao cofundó el Colectivo Solecito de Veracruz, un grupo que ha jugado un papel crucial en la identificación y recuperación de restos humanos en fosas clandestinas en la región.

El trabajo del Colectivo Solecito es arduo y desafiante. A través de sus esfuerzos de investigación y excavación, el grupo ha logrado encontrar más de 300 restos humanos en el área de Colinas de Santa Fe, una zona que ha sido identificada como uno de los sitios de enterramiento clandestino más grandes en Veracruz. Estas excavaciones no solo buscan dar dignidad a los restos encontrados, sino también proporcionar respuestas y justicia a las familias que llevan años esperando noticias de sus seres queridos.

El compromiso de Lucía Díaz Genao y de las integrantes del colectivo va más allá de la simple búsqueda de cuerpos; es un esfuerzo por darle voz a los desaparecidos y visibilizar la crisis de desapariciones en México. Enfrentando numerosos obstáculos, desde la falta de recursos hasta el riesgo personal, el grupo ha mantenido una lucha constante y valiente. Las madres del Colectivo Solecito se han convertido en defensoras de la verdad y la justicia, enfrentando un sistema que a menudo parece insensible a su sufrimiento.

La labor del colectivo ha captado la atención de los medios y de organizaciones de derechos humanos tanto a nivel nacional como internacional. La valentía de Lucía y de sus compañeras ha sido elogiada por su tenacidad y por su papel en el avance de las investigaciones sobre desapariciones forzadas. Sin embargo, la batalla está lejos de terminar. A pesar de los avances logrados, la búsqueda de respuestas y justicia continúa siendo un desafío persistente.

El trabajo de Lucía de los Ángeles Díaz Genao y del Colectivo Solecito de Veracruz sigue siendo un faro de esperanza en medio de la oscuridad que enfrentan muchas familias en el país. Su dedicación y esfuerzo incansable reflejan la resistencia y el deseo de encontrar paz en medio de la tragedia. Mientras continúan su búsqueda, el Colectivo Solecito y su fundadora representan la lucha por un México donde cada desaparición tenga una respuesta y donde cada familia pueda encontrar, al menos, la verdad.