El precio de los alimentos en restaurantes, taquerías, torterías y loncherías en México sigue en ascenso, con un aumento de 7.73% en julio, superando la inflación general que fue del 5.57% en el mismo mes, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Este incremento, que ha persistido durante 35 meses consecutivos, responde al encarecimiento de materias primas como carnes, frutas y verduras debido a factores climáticos como sequías prolongadas.

En términos concretos, una orden de cinco a seis tacos de suadero, longaniza o bistec con una bebida de 600 mililitros tiene un costo promedio nacional de 135 pesos. En la Ciudad de México, el precio promedio es de 120 pesos. Sin embargo, los propietarios de taquerías reportan una disminución en las ventas. Gustavo Gutiérrez, dueño de una taquería en la alcaldía Cuauhtémoc, señaló que la demanda ha caído drásticamente: "Un trompo de pastor que se nos acababa en una noche ahora nos dura hasta dos días. Es carne que se puede echar a perder, y terminamos regalándola a personas en situación de calle".

Para enfrentar esta situación, algunos taqueros, como Javier Pichardo, han reducido el volumen de carne que preparan. Antes cocinaba 15 kilos de suadero, longaniza y tripa, pero ahora solo cocina de ocho a diez kilos por vez.

El aumento en los costos no solo afecta a los comerciantes, sino también a los consumidores. Según un estudio de la consultora internacional EY, ocho de cada diez mexicanos están preocupados por el incremento en los precios de alimentos y productos básicos, así como por los costos de electricidad, gas y agua. En respuesta, los consumidores están ajustando sus hábitos de compra, reduciendo gastos en productos no esenciales y en artículos de lujo. Por ejemplo, planean disminuir su consumo de tabaco y bebidas alcohólicas.

Ángel Huerta, analista económico en Grupo Financiero Ve por Más, proyecta que la inflación general se mantendrá moderada durante el resto del año debido a la desaceleración económica del país. No obstante, advierte sobre riesgos que podrían ejercer presión sobre la inflación, como una posible depreciación cambiaria, tensiones políticas en Medio Oriente y afectaciones climáticas locales.

Analistas de Citibanamex prevén que la inflación general en México finalizará el año en un 4.60%, aún por encima del rango meta del Banco de México (Banxico) de entre 2% y 4%. Para 2025, se espera que la inflación disminuya gradualmente hasta alcanzar un 3.90%, con una proyección de que Banxico logrará su objetivo puntual del 3% hasta el último trimestre de ese año.