Mejor conocido como lugar de la luna, Metztitlán posee una rica variedad de cactáceas, montañas y ríos. Es en su territorio que nace la Barranca de Metztitlán, declarada en el año 2000 Reserva de la Biósfera, gracias a su abundante flora y fauna.

El recientemente declarado “Pueblo Mágico”, es también un “Pueblo con Sabor”, debido a su Tamal de recaudo, que no lleva nada de maíz, pero sí cebolla, jitomate, chiles, pescado o pollo, y especias. Otras delicias que tienes que probar son: las paletas de calabaza, la xalita y las frutas de horno. 

Su clima cálido es excelente para tomar una caminata, contemplando el atardecer, a través de sus calles y construcciones coloniales, hasta que la luna se vuelva protagonista.

La aventura espera en la cueva de los Murciélagos, donde habitan al menos un millón de ejemplares de distintas especies. O en las cuevas, cercanas a la barranca, en las que yacen pinturas rupestres que reflejan una antiquísima parte de la historia de la civilización.

La vista desde la cima del Cerro del León es imperdible. Durante el camino es posible encontrar los restos de un antiguo acueducto utilizado para suministrar agua al Convento de los Santos Reyes. También sugerimos una visita a La Tercera, conocida igualmente como el Cabildo de Indios, un edificio datado de la época de la Nueva España del siglo XVI que salta a la vista por su combinación de elementos indígenas y europeos. 

Este es un destino único. La arquitectura novohispana, los maravillosos paisajes y locaciones naturales, y la ruta del pulque, que te invita a conocer sobre su sabor y preparación, son garantía de una visita placentera y nuevos buenos recuerdos.