Con su ubicación privilegiada, conectado por vías rápidas a los estados de Querétaro, Puebla, Tlaxcala, Veracruz, San Luis Potosí, Nuevo León y Tamaulipas, el Pueblo Mágico de Zempoala ofrece la visita a los Arcos del Padre Tembleque, uno de los más emblemáticos de la región, famoso por la leyenda que lo acompaña. 

En 2017, el gobierno del estado inauguró la insignia de “Pueblo con Sabor” para distinguir a los municipios por su alto valor gastronómico. El Ximbote (un envuelto hecho con penca de maguey, cocinado en un horno de tierra, relleno de carne de pollo, puerco o borrego), Las Burras (un pan con anís y piloncillo, relleno de queso y miel, normalmente acompañado de café de olla), y la barbacoa, son las tres principales razones por las que Zempoala obtuvo este reconocimiento.

Para adentrarnos a las tradiciones es obligada la visita a las bien conservadas Haciendas, destacando San Juan Pueblilla. Aquí conoceremos la cerveza artesanal de la región, disponible tanto para venta como para degustación. Aunque, si el pulque es de nuestro particular interés, la Hacienda de Santa María Tecajete es el lugar ideal para observar la producción, aprender más sobre la bebida ancestral y, por supuesto, participar en su cata. 

Otra de las particularidades que destacan a Zempoala es la fiesta brava en las Haciendas ganaderas de Cieneguilla y Montecristo. A través de visitas guiadas, es posible ver a los toros de lidia y ser testigo de suertes charras. Tardes taurinas con banda de viento y degustación gastronómica están sujetas a programación. 

Las artesanías de la localidad, hechas de madera y metal, son famosas por sus formas rústicas, de otros años. Las macetas de barro, sombreros y chamarras de piel, figuras de barro blanco, sumadas a los licores y trajes típicos de la región, son un tesoro que vale la pena explorar.