Recién añadido a la lista de “Pueblos mágicos” del estado, y localizado a 71 kilómetros de Pachuca y a dos horas de la Ciudad de México, Acaxochitlán ofrece la calidez de una comunidad llena de historia y hablantes de lenguas indígenas (otomí y náhuatl), además de enormes atractivos de toda clase. 

Con poco más de tres mil habitantes, este es un destino que ofrece paseos en zonas boscosas y arroyos. En la ruta turística podrás visitar la Presa del Tejocotal (donde puedes encontrar restaurantes, paseos en lancha y caballo, renta de cuatrimotos y lugares de acampada), la cascada de Chimalapa (muy querida por la comunidad, refresca con su brisa a los visitantes y a una gran variedad de hongos y flores, así como a árboles de zarzamora), la Presa  Omiltemetl, la Presa de Santa Ana Tzacuala (ideal para realizar largas caminatas admirando sus aguas semitransparentes), entre otros puntos de exuberante belleza natural.

Otro punto a visitar es El Sendero Mágico de los Duendes, un parque temático rodeado de pinos y oyameles, creado con la intención de concientizar a favor del cuidado del medio ambiente. Al adentrarte en el sendero, podrás descubrir más de cien representaciones de duendes diseñadas por duenderos sudamericanos especialmente para este parque.

Eventos anuales, como la Semana Santa y la Fiesta de San Mateo, se han convertido en símbolos de las arraigadas tradiciones de Acaxochitlán, y, aunque los visitantes son más que bienvenidos durante las fiestas, las celebraciones siguen fortaleciendo los valores íntimos de la comunidad. Acaxochitlán es un ejemplo de cómo es posible preservar y enriquecer el patrimonio cultural y natural, al mismo tiempo que se impulsa un turismo responsable y sostenible.

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